martes, 14 de octubre de 2008

Ciao tutti!


Hoy les escribo desde el otro lado del mundo, estoy en mi pequeño escritorio que apenas ayer armé. No había tenido oportunidad de darme un tiempo para ésto, pero ya estoy por acá.


Pues como saben, el jueves pasado, antes de irme, ya me habían invadido los nervios y tal vez un poco de miedo.

Salí de mi casa a las 3.30am, me despedí ahí de mi mamá y mi hermano, mi papá me llevó al aeropuerto.

Llegamos y antes de documentar pesamos las maletas... una excedía el peso permitido, así que tuve que dejar algunas cosas. Después fui a desayunar un mocha blanco caliente con un almond biscotti y un brioche.

Llegó la hora de ir a la sala de abordar. La imágen de mi papá al despedirme nunca la podré olvidar. Como todos saben, y como me pasó con todos cuando me despedí de ustedes, me puse a llorar. Era una serie de sentimientos encontrados: por una parte la nostalgia, el agradecimiento, por otra, el hacerle saber que es el hombre de mi vida. No sé cuál es el sentimiento que le provoqué, porque cuando me vió así, tampoco se pudo contener.

Yo me impacté porque es la segunda vez en mi vida que lo veo llorar. La primera, en el brindis en la boda de la primera de mis hermanas. Y ahora también. Como si sintiera tristeza porque la más pequeña de sus "princesas" se aleja. Y por otra parte por la emoción de saber que se va a realizar un sueño de los dos.

A muchas personas todo esto les parece demasiado exagerado; "un año se pasa volando... pero porqué tantas despedidas? como si no fueras a ver a nadie nunca más!". En estos días escuché muchos comentarios como éstos, pero lo que muchas personas no entienden es que una experiencia me enseñó a nunca quedarme sin hacerle saber a la gente que quiero, que la quiero. Y como nunca se sabe lo que la vida nos tiene preparado, por eso lo hago.

Bueno, no me desvío más del tema y les sigo platicando. Primero volé a Atlanta y ahí tuve que esperar mi vuelo a Milán por 5 horas, así que en ese transcurso me conecté para platicar con algunos amigos y que no se me hiciera tan pesado todo ese tiempo.

En el vuelo Atlanta-Milán estaba desocupado el asiento junto al mío, lo cual me pareció excelente porque pude ir mucho más cómoda las 9 horas. Traté de dormirme, pero no tuve mucho éxito. Así que en ratos iba pendiente en la ventanilla. Es una lástima que no salieron esas fotos, porque de verdad parecía que Rothko había pintado el amanecer... una cosa bellísima.

Llegué a Milán a las 8.30 am. Y como bienvenida, no llegó una de mis maletas. Después de arreglar todo eso para que me la trajeran a la casa al día siguiente, tomé un bus que me llevara a Centrale, la estación donde había quedado de verme con Priscila y con Gabi... si le veía el lado bueno, al menos ya no iba a tener problemas en cargar las dos maletas, mi mochila y mi bolsa yo sola.

Cuando llegué a Centrale, Priscila llevaba ya buen rato ahí, nos fuimos al metro para llegar a la casa, donde Gabi ya nos esperaba.

Me sorprendí gratamente cuando vi el departamento, está padrísimo. Son tres recámaras, 1 baño y medio, la cocina y una pequeña terraza. Cuando ya tengamos la casa bien puesta les mando fotos, porque ahorita tenemos un relajo que no se imaginan.

Lo primero que hicimos fue ir de shopping a Corso Vittorio Emanuele, porque en la noche saldríamos a bailar, pero mi maleta extraviada traía todo lo que necesitaba. Además que tuve que dejar muchas cosas en México. Después regresamos a la casa y me quedé profundamente dormida como dos horas. Ya en la noche nos fuimos a bailar a un antro que se llama Le Banque, para festejar el cumpleaños de Gabi, jaja, que fue hace dos meses. Saliendo de ahí, un amigo de Gabi nos llevó a Priscila y a mi a comer un panini que parecía más bien una hamburguesa muy larga, jaja, con carne y verduras (no me pregunten cuáles).

Al día siguiente nos levantamos tardísimo y fuimos a un brunch buenísimo... que para conocer está bien, pero honestamente no vuelvo a pagar esa suma por un yogurt con granola. Después nos dividimos y Priscila se fue a "fare il volantinaggio" (osea, a repartir volantes de un videoclub, tipo blockbuster, jaja) y yo me vine a la casa a esperar mi maleta. Claro que me perdí horas, la verdad no supe ni cómo llegué. Y ya, estuve aquí esperando mi maleta y arreglando el clóset, que mientras me vende uno una de las roomates que se va, Pris me cedió la mitad del suyo porque me vió muy desesperada e incómoda por no poder terminar de instalarme bien.

El domingo en la mañana Priscila me despertó para irnos a misa. Fuimos al Duomo, la catedral y símbolo de Milán. No saben que cosa tan hermosa. Y lo disfrute más porque cuando vine hace cinco años toda la fachada estaba cubierta por labores de restauración.

Ese mismo día en la tarde nos fuimos a Ikea a terminar de comprar cosas que necesitábamos para la casa. Pero bueno, parece que ya lo tenemos todo. Aunque la casa seguirá siendo un desastre mientras se van las otras niñas y nosotras podemos sacar todo lo que compramos. Eso me tiene un poco mal porque todo el día procuro arreglar la recámara y limpiar todo lo que puedo (menos los trastes de la cocina porque lo odio y tengo un trato al respecto con Priscila... ella lava los trastes y yo mantengo el orden en nuestra recámara)... y dicen que ya soy una histérica obsesionada con el orden y la limpieza (y por lo tanto, un poco frustrada éstos días, jajaja). Pero bueno, no saben lo linda que va a quedar la casa, claro, en cuanto se vayan las desordenadas. Entonces ya le tomaré fotos y se las mando.


Ayer estuve buscando mi kit de documentos para sacar mi permesso di soggiorno, pero no lo logré. Por lo menos ya me ubico mejor en la calle, aunque todavía me pierdo.
Y en la tarde me estuve peleando con mi pequeño escritorio. Nuestra recámara ya va tomando más forma, ya casi me siento en casa.

Hoy intenté hacer de nuevo lo del soggiorno, tampoco se pudo, y seguimos buscando cosillas que nos hacen falta. Ahorita tengo que ir corriendo a sacar mi celular y venir a arreglarme porque hoy toca salir... again.

Entonces, ésto ha sido un breve resumen de lo que ha pasado estos días. Como verán, no ha habido mucho movimiento, pero los mantendré informados, jajaja.

Les mando un abrazo y un beso, y ya me voy a dormir, que mañana tengo que ir oootra vez a lo del soggiorno : )

P.S. No he podido ir por un gelato : (

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