domingo, 13 de febrero de 2011

Why do i hate Valentine's day?

Aunque sea una fecha tan comercial, solía gustarme como a cualquier persona.

Todavía recuerdo el del 98, cuando tenía 14 años. Caía en sábado, lo celebramos entonces el viernes 13 en el cole. Recuerdo perfecto ese día por la tarde cuando pensé llamar a mi mejor amiga, Melissa, para felicitarla. Estábamos ya en escuelas diferentes y por la distancia no podíamos vernos muy seguido, de hecho, hacían ya seis meses que no la veía, así que solíamos hablar por teléfono regularmente.

Cuando estaba por llamarla, y lo recuerdo con perfecta claridad, pensé: "Qué flojera! Mejor la llamo mañana!" y lo dejé pasar.

Su mamá llamó a la mía poco más de una semana después. Melissa había estado una semana en estado de coma en el hospital. Nos dejó el 20 de febrero. Y yo nunca supe nada, hasta que todo había terminado.

Ese día, el que me dio "flojera" llamarla, fue su último día consciente. Hubiera querido volver el tiempo atrás y tomar el teléfono. Solo necesitaba un minuto para decirle que la quería. Y supongo que me quedé con ese sentimiento de culpa, de no haber estado con ella en las buenas y en las malas como lo pactamos alguna vez.

Supongo que desde entonces me volví como soy (cursi, si lo quieren ver así), sin perder la oportunidad de dar un abrazo, un beso, o decirle a la gente que quiero lo que significa para mi. Porque siempre es un buen día para eso, no solamente en San Valentín.

Así que si estás leyendo ésto, es porque quiero decirte "te quiero".

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